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Tom Shippey, Traducciones y Ediciones Eruditas de Obras Medievales

Tom Shippey, medievalist and philologist, discusses Tolkien’s approach to reading and interpreting medieval texts, with particular reference to the Middle English texts; Sir Gawain and the Green Knight, Pearl and Sir Orfeo, and the Old English texts; Ancrene Wisse, Exodus and Finn and Hengest.

El presente artículo no está enfocado en los trabajos de J.R.R. Tolkien sobre Beowulf, publicados recientemente. Para leer un comentario detallado de la obra, visiten las páginas: Beowulf: Traducción y Comentario y Comprender Beowulf. J.R.R. Tolkien también desarrolla su pensamiento acerca del poema y de su traducción en Los Monstruos y los Críticos.

~ Artículo escrito por Tom Shippey. ~

La edición de un texto poético antiguo requiere una combinación particular de talentos. Tener conocimientos lingüísticos es esencial, pero no es suficiente. Como suele ocurrir con frecuencia con los textos en los que trabajó J.R.R Tolkien, esta obra poética se encuentra en el único manuscrito existente y contiene términos que no aparecen en ningún otro lugar, y que bien podrían haber desconcertado a los escribas de la época, quienes posiblemente la transcribieron siglos después de su composición oral.

Explicarlos exige, por tanto, cierta imaginación literaria y una sensibilidad vinculada al contexto del poema, que puede implicar la interpretación de problemas relativos a culturas antiguas e incluso a mitologías desaparecidas.

El lenguaje, la literatura, la cultura y el mito se deben considerar en conjunto.

Tolkien combinó a menudo estos elementos, tanto en su obra de ficción, como en sus ediciones de Sir Gawain and the Green Knight, el poema Pearl, Ancrene Wisse y Exodus. Asimismo realizó  una traducción de los dos primeros.

Uno de los objetivos literarios de Tolkien en sus poemas tempranos, en la poesía de El Señor de los Anillos o en proyectos poéticos tan extensos como Las baladas de Beleriand (tercer volumen de La Historia de la Tierra Media) era reinstaurar lo que él consideraba la auténtica (y verdadera) tradición poética inglesa, olvidada tiempo atrás.
Con este propósito tradujo tres de sus principales modelos: los romances medievales Sir Gawain y el Caballero Verde Sir Orfeo, y el poema visionario Perla; publicados en inglés moderno por Christopher Tolkien, en 1975. Todos estos poemas datan de finales del siglo XIV.

Sir Gawain y el Caballero Verde

[Véase también este otro artículo de Tom Shippey dedicado a Los Monstruos y los Críticos, en el que presenta la conferencia que pronunció J.R.R. Tolkien sobre Sir Gawain y el Caballero Verdeen Glasgow,  en 1953.]

Gracias a la edición de Sir Gawain y el Caballero Verde, co-editada con E.V. Gordon (su compañero en Leeds) en 1925, J.R.R Tolkien alcanzó la notoriedad y un puesto en Oxford. Sir Gawain se encuentra en un único manuscrito, poco conocido y se sabía poco de este texto hasta que Tolkien y Gordon llevaron a cabo su destacada edición.

Aunque no se pueda determinar con certeza cómo se repartieron el trabajo, esta edición evidencia la influencia que tuvieron en Tolkien los estudios lingüísticos que realizó con su tutor Kenneth Sisam. En esta edición del poema de Gawain, cada palabra está glosada (se comenta su significado) y se menciona la etimología y el idioma de procedencia: inglés antiguo, nórdico antiguo o anglo-normando.

Una de las dificultades planteada por el poema reside en el uso de un dialecto fuertemente heterogéneo, muy alejado de aquello en lo que luego se convertiría el inglés estándar: contiene muchos elementos evidentemente nórdicos, pero también un vocabulario específico, empleado por la clase alta, que proviene del francés. La mayoría de los elementos nórdicos, como adivinanzas, refranes y cuentos de hadas, subsisten hoy en día en el inglés popular. Es particularmente relevante la combinación en el poema de un afianzamiento en el discurso con el uso de un dialecto muy alejado de la lengua estándar.

Así como lo demuestran las notas de esta edición, Tolkien y Gordon se interesaron también por otro aspecto: la manera en que el poeta concilia su devoción cristiana con una fuerte conciencia de los mitos y del folclore antiguo, así como con un ideal aristocrático de las prácticas de cortesía, dedicadas en particular a las damas.

Revisada en 1967 por Norman Davis (el profesor que sucedió a Tolkien en Oxford), esta edición sigue siendo la referencia desde hace noventa años, y tuvo un profundo efecto en los programas académicos estudiados en Inglaterra.

Dos características de este poema agradaron especialmente a Tolkien: en primer lugar, el uso del dialecto de los Midlands del Noroeste de Inglaterra, muy alejado, como ya hemos visto, del inglés moderno, pero no tanto de la lengua popular de esta región en la época de Tolkien. En segundo lugar, el hecho de que el poema insista en su propia relevancia y trascendencia.

Así dice el poeta, (texto original en inglés medio)

if ye wyl lysten this laye bot on little quile,
I schal telle hit astit, as I in toun herde, with tonge,
as hit is stad and stoken
in stori stif and stronge,
with lel letteres loken,
in londe so hatz bene longe.

Resulta fácil traducir lo esencial. El poeta pide que le escuchen (lysten: to listen, en inglés moderno), para poder contar su historia (telle: to tell), como él mismo la escuchó, es decir, conforme con la tradición poética practicada desde siempre (longe) en Inglaterra ([Eng]land).
Su arte es tanto oral como tradicional; y afirma que esta misma forma poética garantiza su antigüedad y su autenticidad. La historia que cuenta es «firme y fuerte», por lo que no resulta fácil de modificar: es stad y «Stoken y loken»… términos poco familiares, pero que recuerdan a términos modernos como steady, stock o lock (inalterable, invariable, terminado). Además, la historia está delimitada por unas «palabras fieles», que mantienen su coherencia e impiden cualquier alteración. Por tanto, es imposible ignorar el vivo anhelo que sentía el poeta de permanecer arraigado en la línea de su antigua tradición.

Estos versos muestran cómo el poema puede alejarse y, al mismo tiempo, coincidir con el lenguaje actual. Aunque sean poco comunes, son términos claros en inglés moderno y parecen fáciles de traducir. J.R.R. Tolkien tradujo estos versos de la siguiente manera (los presentamos según la disposición publicada):

If you will listen to this lay but a little while now,
I will tell it at once as I in town have heard it told,
as it is fixed and fettered
in story brave and bold,
thus linked and truly lettered,
as was loved in this land of old.

(«Si prestáis atención un momento a este lai, os lo contaré tal como  lo he oído yo en la ciudad, y ha sido escrito en forma de historia atrevida y valerosa, y durante tanto tiempo conservado con letra segura.» ~ Traducción por Francisco Torres Oliver)

Estos versos revelan también algunas de las principales características formales del poema, traducido por Tolkien de la forma más fiel posible al texto original.

El poema se compone de 101 estrofas, de longitud variable. La mayoría de los versos son «versos largos aliterados»: es decir, que, a semejanza de otros poemas en inglés antiguo, como Beowulf, cada verso se divide en dos mitades, cada una de las cuales posee dos acentos fuertes y al menos una palabra acentuada que comienza con el mismo sonido. Las dos palabras acentuadas en la primera parte del verso pueden incluir aliteraciones, o sea, empezar con el mismo sonido; en cambio, en la segunda parte del verso sólo admite la aliteración en la primera palabra acentuada: LISTen … LAY … LITTle, y TELL … TOWN.

Los versos de Sir Gawain son, sin embargo, más largos y un poco más flexibles que los de Beowulf. La explicación más sencilla es que el inglés antiguo perdió sus terminaciones gramaticales y que dicha perdida fue compensada con la introducción de pequeñas palabras «de relleno», como preposiciones. Por tanto, poetas tradicionales aceptaron unidades más largas y reglas de escansión ligeramente diferentes (pero aún estrictas). Un argumento a favor del carácter  ininterrumpido de esta práctica, que también llamó la atención de Tolkien, fue el uso que hizo el autor de Sir Gawain de palabras poéticas específicas, conocidas en inglés antiguo, pero que cayeron en desuso en la lengua moderna.

Por último, otra característica de Sir Gawain, (también recreada de manera fiel por Tolkien), es el verso corto de dos sílabas (el «bob») situado al final de cada estrofa, seguido por un cuarteto corto (el wheel: la rueda) con aliteraciones («BRAVE and BOLD»), y rimas («BOLD … OLD»). Esta particularidad le otorga a la estrofa un final dinámico, sorprendente e, incluso, algo inquietante.

El poema destaca por su variedad estilística: conecta pasajes de energía furiosa (como en las tres escenas de caza o en las descripciones del clima salvaje), con pasajes tranquilos, más sutiles, como las conversaciones entre Gawain y su bella seductora.

¿Por qué no se mantuvo así la poesía inglesa, en lugar de imitar los modelos franceses, como hizo Chaucer?

Perla

La edición de Sir Gawain debería haberse continuado con una segunda colaboración, basada en el poema Perla, procedente del mismo manuscrito, compuesto en el mismo dialecto y probablemente  por el mismo poeta. Sin embargo, el proyecto fue interrumpido debido a la mudanza de Tolkien a Oxford y a la muerte prematura de Gordon.

La edición fue completada finalmente por Ida, la viuda de Gordon, y publicada bajo el nombre de su esposo en 1953. Dedicó sus agradecimientos a J.R.R. Tolkien en el «Prefacio», y es probable que algunas de las notas y glosas de la edición retomen ideas suyas, incluso tal vez sus propias palabras.

El poema, que es, al mismo tiempo, una elegía y el relato de una visión onírica, parece haber sido escrito en memoria de una niña fallecida. Está compuesto también por 101 estrofas, pero cada una consta de 12 versos, que poseen un esquema métrico complejo y aliteraciones más irregulares. J.R.R. Tolkien admiraba su estructura y la imitó en su poema «The Nameless Land» («La Tierra Sin Nombre»), fechado en 1927 (el cual volvió a publicarse en El Camino Perdido, quinto volumen de La Historia de la Tierra Media).

Una vez más, su traducción respeta meticulosamente los rasgos formales del poema original, lo que, debido a su forma compacta, le dota en ocasiones de aspectos enigmáticos – en este poema las cosas no son como parecen.

Al crear Lothlórien, Tolkien recordó, sin duda, la descripción que hace el poeta de Perla de los extraños árboles plateados del jardín onírico en el que ve a su hija desaparecida:

The leaves did as burnished silver slide
That thick upon twigs there trembling grew.
When glades let light upon them glide
They shone with a shimmer of dazzling hue.

Sir Orfeo

El último poema que Tolkien eligió traducir, Sir Orfeo, forma parte de ese peculiar tipo de romance medieval llamado «Breton lai»  (balada bretona o lai/lay bretón).
Subsisten más de treinta de ellos en francés antiguo, y otros ocho en inglés medio. Sir Orfeo es el más logrado, a pesar de una destacada competencia con, por ejemplo, el «Cuento de Franklin» de Chaucer.
Los lais bretones son historias de amor, con fuertes elementos sobrenaturales, que pueden tener un final feliz, como en Sir Orfeo, o desafortunado, como la balada, escrita por el propio Tolkien, «La balada de Aotrou y Itroun» (1945). Están escritos en su mayoría en coplas rimadas cortas.
Tal vez las escenas que más admiraba Tolkien en Sir Orfeo eran aquellas en las que Orfeo, el cual perdió la razón desde que su esposa le fue arrebatada por arte de magia y va errando por un mundo salvaje, ve pasar la corte del rey de los Elfos dirigiéndose a cazar:

The king of Faërie with his rout
came hunting in the woods about
with blowing far and crying dim,
and barking hounds that were with him…

A semejanza de Bilbo y los Enanos en El Hobbit, Orfeo nunca puede alcanzar al cortejo. Pero el amor y el arpa de Orfeo le permiten recuperar a su dama perdida, Heurodis. En este poema, el mito clásico de Orfeo bajando a los infiernos en busca de Eurydice ha sido adaptado y convertido en un cuento de hadas.

Ancrene Wisse, Exodus, Finn y Hengest 

Tras haberse jubilado, Tolkien terminó también la edición de un manuscrito llamado Ancrene Wisse, una obra en prosa del siglo XIII (la cual, esta vez, existe en varias versiones), en la que había estado trabajando durante muchos años.

A diferencia de la edición de Sir Gawain, ésta no contiene notas ni glosario: se trata exclusivamente de una transcripción. Gran parte del trabajo sobre este texto bien podría haber sido realizado por dos de sus alumnas: Simone d’Ardenne, que publicó una descripción (que sirve de referencia) de la lengua en que fue escrito el texto, y Mary Salu, que realizó una traducción del manuscrito de Tolkien precedida por un breve «Prefacio», en el que Tolkien comenta de nuevo la llamativa combinación en el texto de una «viveza coloquial» y de referencias literarias cultas, expresadas en un dialecto manifiestamente singular.

Las conferencias que pronunció Tolkien en Oxford a menudo debatían problemas de edición y, tras su muerte, sus notas se publicaron bajo la edición de dos textos poéticos en inglés antiguo, Exodus (editado por Joan Turville-Petre en 1981) y Finn and Hengest (editado por Alan Bliss en 1982). Sin embargo, los críticos modernos se interesaron poco por estos poemas, ya que ambos siguen procedimientos que pueden parecer obsoletos hoy en día. Según Tolkien, estos tres textos (Finn y Hengest son, en realidad, dos, aunque ninguno de ellos sea un poema completo) fueron copiados siglos después de su primera composición por escribas anglosajones a quienes les parecieron casi igual de desconcertantes que a nosotros. Por tanto, el simple hecho de transcribirlos, no era suficiente: se debían incluso revisar, o modificar para darles sentido. Lo que significa que el editor moderno considera que su propia opinión es más fiable que la de un antiguo copista anglosajón… un hecho que bien puede intimidar a críticos timoratos.

Por dar sólo un ejemplo: en el verso 202 de Exodus se lee weredon wælnet, que parece significar «llevando redes de muerte» («wore death-nets», en inglés) – y así fue como lo entendieron los editores modernos, lo que les obligó a realizar extrañas contorsiones para darle sentido al pasaje en el que los hijos de Israel caminan sobre el Mar Rojo. Tolkien, sin embargo, cambió weredon por wyrgdon, un verbo raro (que, en su opinión, el copista del siglo X había olvidado), que significa «ahogado, estrangulado» y que se relaciona en la antigua poesía germánica con la parálisis ocasionada por el miedo a combatir – Tolkien sugiere que la palabra wælnet muestra a los israelitas atrapados en «las redes mortales» de la indecisión. Además, basándose en razones lingüísticas, pensaba que Exodus era anterior a Beowulf: en su «alegoría de la torre» contada en su conferencia de 1936 acerca de Beowulf, Exodus estaría representado por las «antiguas piedras» utilizadas por el constructor de la torre – para edificar la casa en la que vivió, del mismo modo que la civilización cristiana fue construida sobre bases paganas. Los comentarios y las notas que acompañan a este poema muestran una profunda familiaridad con la mitología pagana temprana, y una disposición a considerarla un vestigio, incluso en este poema abiertamente bíblico.

Finn and Hengest, por su parte, propone dos relatos que parecen describir el mismo evento, la batalla de Finnsburg, conocida en el incompleto «Fragmento de Finnsburg», así como la paráfrasis de un poema cantado en el salón de Hrothgar (en Beowulf), llamado el «Episodio de Finnsburg». La relación entre los dos textos fue durante mucho tiempo un enigma para los críticos, y J.R.R. Tolkien editó y tradujo ambos textos con su audacia habitual, pero la mayor parte de este trabajo consiste en un extremadamente detallado «Glosario de nombres», y en un «Comentario del texto».
Su teoría subyacente es que «La batalla de Finnsburg» permaneció en las memorias porque trata de nada menos que del fundamento de Inglaterra.

De hecho, daneses emigrantes de sus islas nativas, entraron en conflicto con los jutos de Jutlandia (ahora parte de Dinamarca), creando una situación que recuerda a la de la Segunda Guerra Mundial. Algunos jutos, incluyendo a Hengest, se juntaron con los conquistadores daneses; otros formaron «una Jutlandia Libre en el Exilio», estableciéndose en la corte del Rey Finn de Frisia.

Como era se esperar, las dos facciones se odiaban, y provocaron un enfrentamiento en Finnsburg que obligó a la intervención de sus aliados daneses y frisones. Vencieron los «Half-Danes» (o Healf-Danes), deshonrosamente, según dicen algunos, y Hengest, el traidor, el perjuro, se marchó a fundar el reino de Kent y la propia Inglaterra.

Dada la maldad de Hengest, considerado como el fundador de Inglaterra, es fácil de comprender que la teoría de Tolkien no fuese muy popular, pero también cabe señalar que no fue asunto fácil extraer una tesis como la que acabamos de exponer del comentario extraordinariamente detallado de Tolkien.

Sin embargo, estas dos ediciones en inglés antiguo merecen mucha más atención de la que recibieron. Del mismo modo, las traducciones de Tolkien muestran lo que, según él, debería ser la poesía inglesa: nítida, fuerte, sutil, fantástica, al tiempo que realista y visionaria. Posiblemente, la crítica literaria aún no ha desarrollado formas satisfactorias de comprender esta tradición, que está lejos de desaparecer.

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