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El Herrero de Wootton Mayor

“There was a village once, not very long ago for those with long memories, nor very far away for those with long legs. Wootton Major it was called because it was larger than Wootton Minor, a few miles away deep in the trees.”

Artículo escrito por Verlyn Flieger, editora de una versión ampliada de la obra, que se publicó en Inglaterra, en 2005.

Origen de la historia

El Herrero de Wootton Mayor fue el resultado inesperado de que J.R.R. Tolkien se propusiera escribir una introducción a una nueva edición del relato La Llave de Oro, del autor escocés George Mac Donald. Al releer la historia, no estuvo de acuerdo con el tono moralizador que utilizaba Mac Donald para referirse a las hadas y a los cuentos de hadas.

Para tratar de ilustrar lo que percibía como una errónea, (pero extendida) concepción del cuento de hadas, edulcorado y destinado exclusivamente a un público infantil, inició la escritura de una alegoría sobre un cocinero que había preparado un pastel muy dulce para una fiesta de niños. La alegoría tuvo más peso que la introducción, ya que el autor se olvidó de esta última y convirtió la alegoría en la historia de un muchacho que se come una porción de tarta en la cual se encuentra una estrella «mágica», pasaporte para el País de Fantasía, durante una fiesta organizada para los niños de su pueblo.

En el relato, la estrella «mágica» fue introducida en el pastel por Nokes, el inculto y zafio Maestro cocinero del pueblo de Wootton Mayor, quien piensa que la estrella no es más que una baratija, y no comprende sus poderes.

El muchacho (al que llaman hijo del herrero mientras su padre vive, después sólo herrero) se traga la estrella sin darse cuenta. El día de su décimo cumpleaños, ésta reaparece por arte de magia en su frente, visible sólo para unos pocos habitantes del pueblo. Al llegar a la edad adulta, el hijo del herrero continúa con el oficio de su padre, pero la influencia de la estrella eleva sus creaciones artesanales a arte, de modo que todo lo que realiza, además de ser resistente y práctico, es también hermoso y armonioso.

The fay-star in Smith of Wootton Major allowed its wearer to enter Faery. Eärendil’s device, featuring a Silmaril as a shining star, was painted by Tolkien around the same time.

La estrella también permite al herrero viajar por el País de Fantasía en un tiempo suspendido gracias a la magia, el cual no transcurre en el tiempo «real» del pueblo. Su familia es la única que es consciente de sus ausencias, pero ignora a dónde se marcha. En aquel mundo peligroso, al que Tolkien llama Faerie, el herrero ve esbozarse sucesos para los cuales no tiene la clave, ve maravillas desplegarse ante sus ojos sin entenderlas, y, a veces, tropieza con situaciones arriesgadas sin darse cuenta. Atravesando la frontera del peligroso Lago de las Lágrimas, despierta al Viento Desatado, pero escapa de su furia refugiándose detrás de un abedul llorón. El árbol le invita a marcharse, advirtiéndole sin rodeos de que le persigue el Viento y que no pertenece al mundo de Faerie.

El mensaje de la historia es que uno puede ver y experimentar el encantamiento sin que sea necesario entender su finalidad; o, por el contrario, adentrarse demasiado en un reino en donde existen «trampas para los incautos» y «mazmorras para los temerarios».

La esencia de la Faerie

A pesar de que el propio Tolkien calificaba El Herrero de Wootton Mayor como «el libro de un hombre viejo sobre el que ya pesa el presagio del “descosuelo”», esta historia ofrece, sin embargo, mucho más a sus lectores que una despedida de Tolkien de su arte. Cumple perfectamente con los criterios del cuento de hadas que estableció en su importante ensayo Sobre los cuentos de Hadas, tal vez su declaración más evidente sobre los principios que apuntalaron sus creaciones. En este relato, recuerda al lector que si los cuentos de hadas narran historias sobre «la región o el reino en el que las hadas tienen su existencia», su tema principal no es el de las hadas sino «las aventuras de
los hombres en el País Peligroso o en sus oscuras fronteras». Se trata del reino que Tolkien llama, indistintamente, Fayery, Faerie o Faery. Sólo cambia la ortografía, no el sentido, y según nos dice, cuenta «con mares, con el sol, la luna, el cielo; con la tierra y todo cuanto ella contiene: árboles, y pájaros, agua y piedra, vino y pan, y nosotros mismos, los hombres mortales, cuando quedamos hechizados.» Hubiera podido describir su última historia en semejantes términos, porque no trata del reino de Faerie, sino de las experiencias que vive el herrero durante sus incursiones en ella. Porque representa precisamente aquel «hombre mortal» que «queda hechizado» por el poder de la estrella mágica que lleva en la frente.

‘In Faery at first he walked for the most part quietly among the lesser folk and the gentler creatures in the woods and meads of fair valleys, and by the bright waters in which at night strange stars shone’.

El término en sí mismo, independientemente de cómo se escriba, deriva del francés antiguo fay o fae, que significa «hadas»; sin embargo, su forma más antigua posee connotaciones oscuras, más significativas que las que le otorga hoy en día Walt Disney, con sus hadas de varitas mágicas y alas de gasa. Tolkien tenía en mente su acepción más antigua y aplica este término no sólo al propio reino, sino también al estado de encantamiento que propicia al lector, a través del herrero. Un estado del ser que, según Tolkien, ilustra los efectos de la imaginación creadora, tanto sobre el narrador de cuentos como en su público.

Segundo Plano

En esta historia, se puede ir mas allá de lo escrito, y esto es intencional por parte de Tolkien. Respaldó esta historia severa e intransigente sobre el precio a pagar por el encantamiento con otra historia fuertemente arraigada, que se remonta a tres generaciones anteriores al presente relato, y que trata del pueblo de Wootton Mayor y de sus principales habitantes. No obstante, proporcionó una cronología muy precisa en la cual desgrana los eventos que propician la historia, así como los que surgen en su propio desarrollo; y tuvo que realizar un amplio trabajo para describir a todos los personajes al mismo tiempo, e indicar sus edades, tanto en la historia como en el segundo plano. También añadió al relato un largo ensayo sobre la esencia de la Faerie y su relación con el mundo real y los habitantes mortales de este mundo.

Historia de la publicación

Publicado por primera vez en 1967, El herrero de Wootton Mayor fue la última historia de Tolkien en publicarse en vida del autor, y es, de todas sus obras cortas, la más difícil de clasificar. Obviamente no es una historia, ni para «niños», ni para «adultos», sino un relato para lectores de todas las edades que disfruten de los cuentos de hadas y puedan entregarse al encantamiento. Así bien, de todas sus obras, El herrero de Wootton Mayor es la que más se acerca al alma de un cuento de hadas tradicional. El herrero de Wootton Mayor ha sido reeditado varias veces desde 1967 y forma parte de varias antologías de obras breves de Tolkien.
Su última publicación, en HarperCollins, data de 2005, en una edición ampliada por Verlyn Flieger, que incluye, por primera vez, todo el material complementario: el largo ensayo de Tolkien, la cronología de los personajes y un facsímil del primer borrador de la historia.

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En español : El herrero de Wootton Mayor fue publicado en 1981 en un volumen que también incluía Egidio, el granjero de Ham y Hoja de Niggle; y en 1994 como relato independiente, en ambas ocasiones por Ediciones Minotauro.