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John D. Rateliff, ‘El Hobbit, una Piedra Angular’

Artículo escrito por John D. Rateliff, autor de The History of The Hobbit. Para conocer otro enfoque sobre El Hobbit, les invitamos a leer, su artículo asociado. ~

El Hobbit es el libro a partir del cual muchos lectores se inician en la obra de J.R.R. Tolkien. Se trata de una elección acertada, puesto que el libro contiene, en una sola historia, todos los elementos que hacen a Tolkien tan excepcional. Nos introduce en el fascinante universo de la Tierra Media, en sus mágicos paisajes y en su propia historia interna. Narra una aventura inesperada y cautivadora, que transcurre en un mundo poblado por extrañas criaturas, procedentes del folclore y de los cuentos de hadas, a los que Tolkien dotó, sin embargo, de rasgos tan peculiares que cada uno era único. Pero lo que destaca ante todo es el tono narrativo, desprovisto de toda pretensión, que muestra cómo una persona ordinaria puede llegar a convertirse en un héroe: el mismísimo hobbit Bilbo Bolsón. En el periodo en que apareció El Hobbit, la edad de oro de la literatura juvenil británica estaba llegando a su fin; pero cuando los lectores descubrieron esta historia, pidieron «¡más historias de hobbits!». Llegó entonces El Señor de los Anillos y el mundo imaginario en el que Bilbo evoluciona se convirtió en uno de los más famosos de todos los tiempos.

Thror’s Map with special instructions written in runes.

La Edad de Oro

El Hobbit se enmarca en la gran tradición británica de fantasía literaria juvenil, del mismo modo que Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carroll (1865), El viento en los sauces de Kenneth Grahame (1908), Los Viajes del Doctor Dolittle de Hugh Lofting (1922), o Winny de Puh de A. A. Milne (1926). [consulten nuestra sección Enlaces para más información.] Pero (salvo por su gran calidad) esta historia es completamente diferente de las obras de la tradición a la que pertenece, ya que crea un mundo imaginario único, que, al mismo tiempo, se aparta y se asemeja a la existencia cotidiana del lector. Cada una de estas obras es incomparable y tiene valor en sí misma; sin embargo, muchas de ellas dieron lugar a secuelas o a otras historias en las que se introdujeron de nuevo personajes o paisajes ya conocidos. Más notable aún es que fueron escritas para dos tipos de lectores: jóvenes y adultos. En lo que se refiere a El Hobbit, es la picardía del narrador la que sirve de puente entre los dos tipos de lectores, ya que le permite informar, recordar, provocar y tranquilizar a los mismos.

«Ya no es el hobbit que era antes»

En la mayoría de las historias antes mencionadas, el personaje protagonista no evoluciona, a pesar de sus vivencias: la niña que sale del espejo al final de Al otro lado del espejo no es muy diferente de la que cae al interior de la guarida del conejo al principio de Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas; asimismo, Winnie y el doctor Dolittle tienen una capacidad entrañable para seguir siendo los mismos, sea donde sea y pase lo que pase.

El Hobbit es inusual debido a que Bilbo se transforma notablemente a lo largo de la historia, experimentando una serie de emocionantes aventuras y de inesperados encuentros que explotan toda la magia de su maravilloso mundo. El Hobbit cuenta la historia de un individuo ordinario, que, de repente, se ve llamado a hacer cosas extraordinarias. Y descubre, no sin disfrutarlo, que, sorprendentemente y a pesar de sus dificultades al comienzo de su aventura, tiene un gran talento para lograr con éxito sus objetivos.

 Aunque sea demasiado modesto para darse cuenta de ello, Bilbo se convierte en un verdadero héroe, dispuesto a sacrificar la recompensa prometida para ir a salvar a sus amigos y evitar una batalla sin sentido. Al final regresa a casa, sin cambios aparentes, pero confiando en su propio juicio y dispuesto a abandonarse a su suerte, entablar amistad con personajes poco convencionales y vivir su vida sin importarle lo que piensen los vecinos, sintiéndose «muy feliz hasta el fin de sus días, que fueron extraordinariamente largos», una frase muy parecida a la fórmula «vivieron felices para siempre», que suele encontrarse en los cuentos.

«Entrar en el mundo de la epopeya»

Muchos lectores notaron un cambio en el tono de la historia, cuando Thorin y compañía llegan a la Montaña Solitaria. De hecho, la última parte del libro parece diferente, más seria que la narración, a veces espantosa y otras divertida, de las aventuras de Bilbo en su viaje hacia el este. Este cambio es debido en parte a que llegamos al clímax de la historia: la amenaza del dragón supera, como se ha de esperar, a todas las que se han enfrentado nuestros héroes anteriormente. Pero también es debido a la decisión deliberada de Tolkien de incorporar las ideas que iban surgiendo en su mente mientras escribía el libro, dejando de lado la concepción original (en la que Bilbo mata al dragón), a favor de una resolución más compleja.

Por tanto, el clímax de la obra no se desencadena realmente con la aparición de Smaug, el dragón, aunque ésta sea impresionante, sino cuando éste maldice el tesoro, el cual había atraído poco a poco a casi todos los amigos y enemigos a los que Bilbo había encontrado desde que salió de las Montañas Nubladas, en una terrible batalla motivada por la posesión del tesoro de Smaug. La imprevisible muerte de varios personajes, e incluso de algunos de los más simpáticos compañeros de Bilbo, trae consigo una gran lección: el precio que hay que pagar para conseguir suprimir un gran mal, y el hecho de que quienes contribuyen a alcanzar un mundo mejor, no siempre tienen la suerte de vivir para verlo.

«Más historias sobre Hobbits» (El vasto mundo)

Además de todas sus cualidades intrínsecas: el mítico encuentro con Gollum (el cual constituye una de las mejores escenas escritas por Tolkien), la fantástica descripción de Smaug («la más importante, la más grande de las Calamidades»), el inicio de nuestra propia amistad con el gran Gandalf el Gris, el carácter obstinado pero leal de Thorin Escudo de Roble y de sus compañeros de exilio, y por supuesto, la figura de Bilbo en sí; El Hobbit ha originado grandes cosas.

De hecho, abrió paso a otra formidable obra literaria de Tolkien: El Señor de los Anillos, surgida a raíz de la petición de sus editores, quienes ante el éxito del primero quisieron continuación, o al menos, otro libro acerca de hobbits. Cuando Tolkien escribió El Hobbit, llevaba ya unos quince años creando relatos cuya acción se ubicaba en lo que más tarde se llamaría la Tierra Media. La historia de Bilbo le mostró el camino para introducir su propia mitología a un público más amplio. El hecho de explorar el mundo de Bilbo Bolsón, de contar más sobre los hobbits, y de buscar respuestas en los detalles inexplicados de la primera aventura, le llevó a escribir su obra maestra, la que hizo de él un autor imprescindible: El Señor de los Anillos.